Para qué sirve el Metamizol Sódico
Con efectos analgésicos, antipiréticos, antiespasmódicos y antiinflamatorios de por medio, el metamizol sódico es un medicamento de alta demanda y por lo mismo muy popular, que también se conoce con el nombre de dipirona. En cuanto a su presentación, esta puede ser en tabletas o comprimidos y en soluciones inyectables, distinguiendose en líneas generales por ser un excelente recurso al momento de aliviar las diferentes variantes de dolores severos que pueden presentarse.
Comparado con el ácido acetilsalicílico y superando con creces al paracetamol, cuenta con la facultad de relajar la musculatura lisa, algo que lo hace idóneo para los dolores que son tipo cólico, su uso clínico, pautas y dosis de administración, se encuentra establecido en función de la edad del paciente, el peso y algunas contraindicaciones que debe considerarse.
Principales usos del Metamizol Sódico
- Cólicos: tanto los cólicos que se localizan en la región gastrointestinal, en los riñones y en el tracto urinario inferior, encuentran gran alivio con la ingesta de este medicamento, pues como ya se había mencionado es muy positivo al momento de inhibir los espasmos en la musculatura lisa.
- Céfalea: por ser analgésico y antiinflamatorio, los cuadros de cefalea responden bien ante este fármaco.
- Dolores postraumáticos y quirúrgicos: bien sea sobre el sistema nervioso o sobre la médula espinal, el metamizo sódico, encuentra la manera de actuar para que paulatinamente se empiecen a inhibir las señales de dolor, de ahí que sea un recurso al que se acude bastante luego de cirugias o para hacerle frente a distintos traumatismos.
- Fiebre: los estados febriles fuertes y resistentes sucumben ante la potencia de este fármaco.
Efectos secundarios
La importancia de no auto medicarse se explica entre otras cosas, gracias a la existencia de efectos secundarios que pueden darse por la toma inadecuada de medicamentos, pues una dosis mal establecida deinitivamente hace la diferencia. En el caso particular del Metamizol Sódico, se ha determinado que puede dar lugar a reacciones digestivas como náuseas y sequedad en la boca.
Algunas veces, luego de la inyección es posible que el paciente revele sudoración, calor y dolor en el área de la aplicación; en personas con pieles extremadamente sensibles, es probable que puede sentirse un poco de picor e hinchazón.
Puesto que una sobredosis fácilmente puede dar lugar a convulsiones, paros respiratarios y deficiencias renales, se insiste en lo trascendente de acudir al médico de cabecera para que sea él quien estipule la dosis y la frecuencia.