Mundial de fútbol, su incidencia en la economía de un país
Históricamente analizando los eventos deportivos como los Mundiales y los Juegos Olímpicos, el impacto ha sido moderado y las pérdidas de manera general han sido superiores a los beneficios que se reciben. Uno de los ejemplos reales más famosos es el de los Juegos Olímpicos de Montreal de 1976. La ciudad asumió una deuda de 2.800 millones de dólares de la época , que tardó 30 años en pagar.
Así como un estudio de los profesores Swantje Allmers y Wolfgang Maennig, de la Universidad de Hamburgo que concluyó que los Mundiales de Francia 1998 y Alemania 2006, los que no tuvieron un impacto positivo en turismo, empleos o ingresos, o como en el Mundial de Sudáfrica apenas se alcanzó la cifra de 90.000 visitantes extranjeros sobre una apreciación inicial mínima de 320.000.
Respecto a las inversiones del mundial
Otro tema significativo es la inversión en infraestructuras, que al finalizar el evento se subutilizarán y, por tanto, no se liquidarán, como también ocurrió en Sudáfrica. Apartándonos en el tiempo, pero acercándonos en lo geográfico, en los Mundiales de España 82 se crearon infraestructuras que no tardaron en liquidarse, como la ampliación y remodelación del Aeropuerto de Barajas o la construcción de la torre de comunicaciones de Torrespaña, mientras que el aumento de la capacidad de algunos estadios como el de Zorrilla en Valladolid o el de Balaídos en Vigo jamás fue rentable.
Lo negativo para un país
Una celebración como esta trae decrecimiento económico, según expertos ya que se debe soportar días laborales perdidos y una reducción en la actividad económica durante el torneo. En esos días generalmente disminuirán las compras minoristas de bienes y consumo, e incluso la actividad manufacturera y de las explotaciones primarias de agricultura y ganadería, fundamentalmente por una mayor ausencia laboral.
Por otra parte, la eficacia de un evento deportivo de esta magnitud está unida a muchos aspectos, pero los primordiales están en las enormes inversiones, teniendo más puntos a favor quien deba hacer un menor esfuerzo económico y tenga más facilidades para saldar las infraestructuras que se construyan. Con estos indicios, los Mundiales de Rusia 2018 y de Qatar 2022 parecen estar orientados a ser ruinosos económicamente. A pesar de las diferentes opiniones gubernamentales que se han difundido como por ejemplo el viceprimer ministro ruso Arkady Dvorkovich quien manifestó que los preparativos para la Copa del Mundo, que se desarrollará del 14 de junio al 15 de julio, han contribuido con 867.000 millones de rublos (14.000 millones de dólares), o alrededor del 1 por ciento, al Producto Nacional Bruto (PNB) ruso en los últimos cinco años. Quien afirmó además que sin la Copa del Mundo no habría crecimiento económico en este momento en el país.