Chinches y mal de chagas
El mal de chagas es una enfermedad silente que hoy por hoy entre 8 y 11 millones de personas en el mundo entero; es transmitida por un insecto común en varias regiones del continente americano y al que se le conoce popularmente como chinche o chipo. Esta enfermedad es potencialmente mortal.
Los chinches habitan en casas o refugios; además pueden intervenir en la contaminación del agua; se encuentran también en medio de materiales como el barro, la paja y palmas, entre otros. Durante el día se resguardan en las grietas de paredes o los techos y en las noches, cuando las personas duermen, salen de sus escondites. La tendencia es a picar en la cara y se les conoce, especialmente en México, como “chinches besucones”.
Un problema de salud pública
El mal de chagas es una enfermedad a la que se considera un problema de salud pública, no solo por el hecho de que el insecto que lo transmite está muy presente en varios países, sino también por sus terribles efectos a largo plazo. Una picadura de chinche afecta principalmente los músculos del corazón, esófago e intestino grueso.
Las cifras resultan ser profundamente alarmantes si tomamos en cuenta que de 8 a 11 millones de personas distribuidas en más de veinte países endémicos, padecen de mal de chagas. Mucho más alarmante resultan las estadísticas de acuerdo a las cuales uno de cada 30.000 donantes de sangre es portador del parásito responsable de esta enfermedad.
La forma de transmisión más común de esta enfermedad es la picada de un triatoma al que coloquialmente en México y Guadalajara se le conoce como chinche hocicona o chinche besucona y que se alimenta de sangre. Lo más común es encontrar los chinches en el medio ambiente y la naturaleza.
¿Cómo se produce el mal de chagas?
Una vez que el chinche ha picado a una persona, libera excremento y defeca sobre la picada y si el parásito tripanosoma cruzi está contenido en sus heces, penetra la piel y se ubica en los músculos estriados que por estar muy irrigados de vasos sanguíneos resultan ser el mejor hábitat para su alimentación y reproducción.
La picada produce una lesión muy característica en la piel conocida como chagoma y consiste en una gran roncha con un orificio apreciable en el centro y que tiende a ser muy dolorosa.